Probablemente, miles de afroamericanos ni se plantearon llegar a ser presidentes de los Estados Unidos.
Unos pocos creyeron en ello y lo intentaron y finalmente uno lo consiguió.
Nelson Mandela le escribió una carta a Barack Obama donde decía: “Tu victoria a demostrado que nadie en el mundo, debería tener miedo de soñar de cambiar el mundo y hacerlo mejor.”
Realmente, Obama no solo soñó ser presidente, sino que actuó y trabajó para conseguirlo.
El premio es del que actúa, los demás quedan como meros espectadores siempre prestos a pensar “si ya lo sabía yo que era una locura intentarlo”, si fracasa. En cambio con envidia del que lo consigue.
Cada uno se pone miles de razones para no actuar: “Hace mal tiempo”, “Tengo otras prioridades”, “Es imposible”, “No tengo los medios”, “Yo solo poco voy a hacer”.
¿Qué razón te pones tú para no actuar?
Quizás no crees suficientemente en ello… o en ti.
Quizás pienses que tu solo, poco puedes aportar.
Puedes por ello optar por esperar a estar mejor preparado, a que la cambie el tiempo, a que otro dé el paso.
O puedes decidir actuar.
Para ello, no es necesario ser el mayor campeón del mundo, basta creer... En ello y en ti.
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