lunes, 24 de enero de 2011

¿PRACTICAS LO SUFICIENTE?

Por hilario.martinez@auraconsulting.es
Cuando practicas un deporte cualquiera…
¿Entrenas antes de competir?
¿Cuánto tiempo has pasado a prepararte para cada oportunidad?

Probablemente la mayoría de las personas respondamos tristemente: “No el suficiente”
Si tu objetivo, además de disfrutar de lo que haces, es ser excelente en tu afición, deporte o negocio, no podrás conformarte con tus potencial “innato”, tendrás que entrenar y mucho. Eso es lo que han entendido todos los campeones.
Sabes que...
  • Un futbolista que no calienta sus músculos, practicando unas horas antes del partido, asume mucho más riesgo y los accidentes son mucho más graves.
  • Un cantante que no realice adecuadamente sus ejercicios vocales, puede dañar sus cuerdas vocales en un momento de esfuerzo.
  • Un estudiante que no preparó su mente para el estrés del examen, puede quedarse en blanco el día más importante.
¿Cuántas veces has asumido un reto con poca preparación?

A menudo nos escudamos en la falta de tiempo para no practicar o calentar.
¿No será más bien una falta de compromiso, de disciplina o de organización?
Y eso que todos conocemos la regla: “Para ganar más, hay que practicar más”

Recuerdas la última vez que hablaste en público… ¿Cuántos minutos, horas dedicaste a prepararte?
Los oradores profesionales te dirán que por cada hora de presentación, necesitas al menos 7 horas de preparación.
¿Si eres estudiante, estarás suficientemente preparado en tu próximo examen?
¿Si eres empleado, como habrás preparado tu próxima entrevista laboral?
¿Si eres empresario, como prepararás tu liderazgo?
¿Si eres padre, estarás suficientemente preparado en la próxima rabieta de tu niño en el supermercado?
Recuerda que si quieres resultados Extra-ordinarios, tienes que hacer esfuerzos también extra-ordinarios.
Tu potencial está ahí “a su aire”, hace falta mucha dedicación para dominar ese dragón.
Solo depende de tí y el premio es fantástico.

jueves, 20 de enero de 2011

¿ESCUCHAS TU ANGEL DE LA GUARDA?

por hilario.martinez@auraconsulting.es
Puede que tú lo llames intuición, otros dirán que se trata del instinto…
El caso es que todos alguna vez oímos, vemos o sentimos ese mensaje que nos impulsa a hacer (o no hacer) algo más allá de nuestro raciocinio habitual.
No sabemos porqué pero sentimos que no debemos irnos de viaje dejando la familia sola, vemos algo que nos hace cambiar inmediatamente de dirección, u oímos una canción que nos lleva a tomar una decisión mucho tiempo aplazada.

¿Alguna vez no seguiste tu instinto, y te arrepentiste a posteriori?
Es muy probable que esto nos ocurra más veces de lo deseado.
Cuando decimos que una persona sigue sus instintos, es porque no aplica un razonamiento a sus decisiones, sino que hace lo que le parece lo más natural (a veces muy distinto de lo que parece más lógico), porque lo siente así en lo más profundo de su persona.
Es muy importante fiarse de esos mensajes cuando se tienen que tomar decisiones rápidas y no tienes tiempo de reflexionar o consultar otras personas. En esos casos, escuchar nuestro Ángel de la guarda es el único modo de tomar la decisión acorde con nuestra persona.
Acuérdate, la próxima vez que tengas que tomar una decisión y estés indeciso, escucha tu voz interior. Tu Ángel siempre te recomendará lo más adecuado para tu coherencia.

¿Cómo diferenciar el origen de los mensajes?
En esta época de comunicaciones, nuestra mente se ha acostumbrado a recibir todo tipo de mensajes externos, soportados por medios tecnológicos. Tenemos infinidad de fuentes para reunir información y tomar la decisión correcta (o eso creemos).
Por ejemplo, cuando decido comprar el último IPAD de Apple… ¿Por qué lo hago?
-    ¿Pienso que es la herramienta que me va a solucionar mis problemas de trabajo en desplazamiento?
-    ¿Pienso que mis próximas presentaciones serán más cómodas?
-    ¿Pienso que así seguiré mejor la evolución de la tecnología?
Todas ellas pueden ser razones muy loables.
¿Pero no son todas resultados de mensajes exteriores, sabiamente orquestados por los expertos en marketing?
La dificultad para todos nosotros reside en que nos hemos acostumbrado a prestar mucha más atención a los mensajes externos que a los internos y con el tiempo hemos perdido hasta la capacidad de recibirlos. Como si en tu casa estuvieses recibiendo miles de correos electrónicos y ya no mirases tu buzón habitual, ese donde recibías las cartas manuscritas de tu madre, o las tarjetas de Navidad que te recordaban los buenos amigos.
Al final creemos que estamos confiando en los mensajes que nos mandan nuestros Ángeles de la guarda y estamos realmente siguiendo los mensajes de los Ángeles de la publicidad, o de cualquier otro elemento influyente en nuestra vida.

¿Cómo recuperar nuestra capacidad?
Cada uno encontrará su propio camino.
Puede que conocerse mejor, sea el mejor modo de diferenciar lo que viene de fuera de lo que somos realmente.
Puede que tengamos que volver a aprender un idioma que muchos hemos aparcado y que nos permite hablar con nuestra esencia.
Puede que debamos abrir nuestros sentidos y nuestra mente para aceptar posibilidades que no entendemos.
Puede que la clave esté en nuestro niño interior.
Puede que simplemente tengamos que aprender a dejarnos fluir.

Os invito a todos a embarcaros en esta expedición que nos llevará a convertir nuestro mundo en un mundo mejor para nosotros y los que vengan después.

domingo, 9 de enero de 2011

¿COMO TE VENDES?

Bueno, ya se han acabado las Navidades. Todo el mundo de vuelta a sus tareas habituales y seguramente, muchos con nuevos compromisos.
Es muy probable que estos compromisos tengan que ver con “venderte”. Ya sea si buscas trabajo, si tienes que conseguir clientes, o si quieres encontrar pareja… en todos los casos tendrás que superar el escollo de la primera impresión antes de poder tan siquiera contar las bondades de tu persona o producto.
De la misma forma que las personas pueden juzgar  un libro en base a su portada, también suelen hacerlo con las personas.
¿Cuánto tiempo crees que se necesita para que alguien se haga una opinión sobre un desconocido?....
No más de 5 segundos
Antes de ser escuchado, eres visto.

¿Qué transmite tu salud?
Se ha comprobado que las personas que aparentan un estado saludable transmiten más confianza. Un exceso de peso, demasiada delgadez, o una imagen enfermiza predisponen adversamente las personas.
Una salud descuidada puede ser considerada como una falta de disciplina o compromiso.
Cuídate, has ejercicio, valora tu salud y cuídala. Además de ayudarte en negocios, es la base para todos los compromisos.

¿Tienes miedo al uniforme?
El estilo que te vistes refleja cómo quieres ser percibido, y de ello resultará el modo en que te tratarán.
Fíjate por lo tanto como te vistes en base a tus objetivos. Ropas clásicas con colores neutros (azul marino, gris, o negro) si deseas ser discreto y dar una imagen formal y neutra. Ropas especiales, con colores y formas distintas si deseas arriesgar y mostrar tu diferencia desde el principio. Los accesorios (pañuelos, joyas, corbatas, etc…) pueden dar el toque distintivo para los más clásicos.
Si trabajas en un comercio al público es conveniente llevar ropas que permitan identificarte fácilmente. Estar fácilmente localizable y llevar un distintivo con tu nombre visible facilita el trato con el cliente.

¿Te interesa diferenciarte?
En una sociedad plural como la nuestra, nos encontramos con múltiples opciones para afirmar nuestra diferencia e independencia o, al contrario, nuestra pertenecía a grupos sociales. Aquí más que en la ropa, es importante decidir que queremos transmitir a nuestro interlocutor, y si nos merece la pena asumir el riesgo de la diferencia contra la neutralidad más formal.
Ten en cuenta que  tu interlocutor puede interpretar tus signos diferenciadores de modo muy distinto a como tu lo deseas.

¿Apuestas por la limpieza?

La limpieza y el orden suelen ir emparentados. Fíjate cuando decidas contactar por primera vez con alguien en tus manos y uñas para que vayan limpias y cortadas adecuadamente. Cuidado con los restos de comida en tu boca, en los labios o sobre la ropa.
La limpieza y organización de tu bolso, maletín, o automóvil también puede decir mucho sobre ti.

¿Sabes cómo hueles?
El primer sentido del ser humano es el olfato. Dicen los expertos que es el que se asocia con los recuerdos más infantiles. Muchas veces, casi inconscientemente, marca una relación como agradable o desagradable.
El olor a tabaco o a alcohol, además de ser mala referencia para la salud, puede repeler automáticamente algunos interlocutores. Otros elementos mucho más sanos como la cebolla o el ajo también son a proscribir en caso de reunión o cita a ciegas.

¿Sonríes a menudo?
Las personas con sonrisa natural, cálida y sincera siempre son bien aceptados. Unos ojos que brillan con la sonrisa inspiran confianza y el buen humor transmite energía positiva. La sonrisa no cuesta nada, solo dura un instante pero puede recordarse toda una vida.
Si te levantas y no deseas sonreír… mejor quédate en casa.

¿Qué piensas de tu mirada?
Dicen que “la mirada es el espejo del alma”.  Cuando no miras francamente a los ojos tu interlocutor percibe enseguida “esconde algo”, “no tiene confianza en sí”, “no es trigo limpio”.
Mira tú interlocutor a los ojos para que pueda ver tu alma y si crees que no está muy limpia, es el momento de darle un repaso.
Por cierto, si miras a los ojos, tú también tendrás la oportunidad de calibrar la otra parte y puede que te ayude mucho a encontrar el cliente que merece tu atención.

¿Eres consciente de tu postura y de tus acciones?

Una persona con el mentón alto y la espalda recta transmite mayor confianza que alguien con el mentón bajo y la espalda curvada que da la sensación de llevar el peso del mundo sobre sus hombros.
Igualmente alguien que arrastra los pies, o va saltando no transmite confianza.
Actitudes como masticar chicle, comerse el bolígrafo o morderse las uñas, transmiten sensaciones de ansiedad que alejan las personas.
Otras pueden demostrar poco respeto hacia las personas: No dejar hablar, atender su móvil en todo momento, o mirarse las joyas mientras alguien habla.

¿Dónde aprendiste a dar la mano?
Seguramente nadie te habrá enseñado a dar la mano. Sin embargo, el apretón de mano inicial puede ayudarte a crear confianza en la otra persona desde el primer momento… o hundirte la primera cita.
Estrechar la mano debe ser un gesto (como la mirada) que transmita franqueza, tranquilidad y atención. Dicen que una tribu de Sudáfrica saluda con la expresión “Sawu bona” que significa “te veo”. Tu apretón de manos debe mostrar que estas presente y que eres consciente de la otra persona. Por eso no importa tanto como des la mano, sino la actitud y la sensibilidad con la que lo hagas. Sonrisa abierta, mirada clara y mano firme son la mejor tarjeta de presentación

Un libro puede tener un contenido excelente pero es muy poco probable que sea leído si su portada no incita los lectores a su compra. Del mismo modo, puede que tu persona o el producto que representas sea el mejor del mundo o la idea más innovadora, si tu apariencia es “repulsiva” no encontrarás interlocutores para demostrarlo.
No te preocupes si no eres “el mejor” o “el más guapo”, el objetivo es conseguir que te atiendan y que deseen escucharte. A partir de ahí, lo importante es lo preparado que estés para demostrar realmente tu valor, independientemente de la apariencia física.

martes, 4 de enero de 2011

¿MANTIENES TUS COMPROMISOS?

Ya estamos en 2011. Este fin de año ha sido particularmente activo tanto personalmente como  profesionalmente y ha sido una “buena excusa” para abandonar unas semanas este medio, los móviles, lo mails,… para dedicarme durante unos días a la familia compartiendo momentos que no son habituales durante el resto de año.
¿Os habéis fijado como en esas fechas muchas personas “se olvidan” de sus preocupaciones y disfrutan con sus familiares?
Quizás cariño familiar y condicionamiento mental positivo (La Navidad) sean un modo de superar los escollos de presión laboral y condicionamiento mental negativo (Los Telediarios por ej.)
Lo que es evidente es que muchas personas se encuentran mucho más fuertes y optimistas en estos días. Encuentran energía suficiente para tomar resoluciones para mejorar su calidad de vida futura. Muchas de estas resoluciones apuntan a cambiar comportamientos nocivos o hábitos insanos. Es habitual el compromiso de dejar el tabaco (aunque este año, la normativa “ayudará” también), reducir la ingesta de alcohol, perder peso o mejorar la forma física, dedicar más tiempo a la familia, no estar tanto tiempo con la videoconsola y dedicar más tiempo a sí mismo, etc.…
Los primeros días y semanas son muy difíciles. Salir de la zona de confort creada por nuestros hábitos nos hace tener una sensación de vacío/agotamiento importante. Además, en algunos casos “extremos” (tabaco, alcohol, juegos,...) se pueden sentir efectos físicos como mareos, embotamiento, o temblores que consumen rápidamente las reservas energéticas navideñas.
Aunque las personas están llenas de buenas intenciones, la realidad es que más de un 80% de las personas no mantienen sus resoluciones. Abandonan su proyecto en el PRIMER mes.
Una resolución no es ni más ni menos que una intención. Una intención, solo es un deseo, algo que desearíamos.
Una resolución suele ser una decisión lógica y racional “Sé que fumar y el sedentarismo es nocivo para la salud y me creará problemas a medio largo plazo. Tengo que dejar de fumar y hacer ejercicio”
El problema de las intenciones es que les falta fuerza y energía. El problema es que no tienen emoción.
¿Cómo te encuentras tú más motivado? ¿Por la Lógica o por las Emociones?

¿Qué pasa si en lugar de una resolución/intención, adoptas un compromiso?
Un compromiso es una acción a la que te liga una promesa que has hecho a ti o a otras personas. Es importante comprometerte con los demás pues las promesas que hacemos a otros tienen a veces mayor fuerza que las que nos hacemos a nosotros mismos. ¿No es curioso?
Es habitual encontrar personas que no quieren fijarse objetivos y menos todavía compartirlos. ¿Por qué?
Quizás tengan miedo o simplemente porque en lo más profundo de si mismo sepan que no tienen la voluntad y la determinación necesaria para conseguir sus objetivos. En otras palabras, es posible que sean personas perezosas que faltan a su responsabilidad y compromiso.
Seguro que conoces alguna de estas personas que cuando le preguntas cuáles son sus objetivos da muchas vueltas para evitar contarte nada, y tú lees en sus palabras “Si yo soy una persona perezosa que no soy responsable y no tengo compromiso, como voy a decirte mi objetivo para luego quedar mal cuando no lo cumpla.”
¿Y tú que es lo que sientes cuando no deseas compartir tus objetivos?
Te deseo que uses el compromiso como apoyo para conseguir tus objetivos. Cuando hayas decidido tu objetivo, compártelo con tu pareja o con un amigo, seguro que esto te ayudará a conseguirlo.
Por mi parte me comprometo a seguir con este blog durante el 2011 (hemos cumplido un año estas navidades) y conseguir en este año una periodicidad semanal.
Cumple tus compromisos, eso siempre tiene premio.