domingo, 9 de enero de 2011

¿COMO TE VENDES?

Bueno, ya se han acabado las Navidades. Todo el mundo de vuelta a sus tareas habituales y seguramente, muchos con nuevos compromisos.
Es muy probable que estos compromisos tengan que ver con “venderte”. Ya sea si buscas trabajo, si tienes que conseguir clientes, o si quieres encontrar pareja… en todos los casos tendrás que superar el escollo de la primera impresión antes de poder tan siquiera contar las bondades de tu persona o producto.
De la misma forma que las personas pueden juzgar  un libro en base a su portada, también suelen hacerlo con las personas.
¿Cuánto tiempo crees que se necesita para que alguien se haga una opinión sobre un desconocido?....
No más de 5 segundos
Antes de ser escuchado, eres visto.

¿Qué transmite tu salud?
Se ha comprobado que las personas que aparentan un estado saludable transmiten más confianza. Un exceso de peso, demasiada delgadez, o una imagen enfermiza predisponen adversamente las personas.
Una salud descuidada puede ser considerada como una falta de disciplina o compromiso.
Cuídate, has ejercicio, valora tu salud y cuídala. Además de ayudarte en negocios, es la base para todos los compromisos.

¿Tienes miedo al uniforme?
El estilo que te vistes refleja cómo quieres ser percibido, y de ello resultará el modo en que te tratarán.
Fíjate por lo tanto como te vistes en base a tus objetivos. Ropas clásicas con colores neutros (azul marino, gris, o negro) si deseas ser discreto y dar una imagen formal y neutra. Ropas especiales, con colores y formas distintas si deseas arriesgar y mostrar tu diferencia desde el principio. Los accesorios (pañuelos, joyas, corbatas, etc…) pueden dar el toque distintivo para los más clásicos.
Si trabajas en un comercio al público es conveniente llevar ropas que permitan identificarte fácilmente. Estar fácilmente localizable y llevar un distintivo con tu nombre visible facilita el trato con el cliente.

¿Te interesa diferenciarte?
En una sociedad plural como la nuestra, nos encontramos con múltiples opciones para afirmar nuestra diferencia e independencia o, al contrario, nuestra pertenecía a grupos sociales. Aquí más que en la ropa, es importante decidir que queremos transmitir a nuestro interlocutor, y si nos merece la pena asumir el riesgo de la diferencia contra la neutralidad más formal.
Ten en cuenta que  tu interlocutor puede interpretar tus signos diferenciadores de modo muy distinto a como tu lo deseas.

¿Apuestas por la limpieza?

La limpieza y el orden suelen ir emparentados. Fíjate cuando decidas contactar por primera vez con alguien en tus manos y uñas para que vayan limpias y cortadas adecuadamente. Cuidado con los restos de comida en tu boca, en los labios o sobre la ropa.
La limpieza y organización de tu bolso, maletín, o automóvil también puede decir mucho sobre ti.

¿Sabes cómo hueles?
El primer sentido del ser humano es el olfato. Dicen los expertos que es el que se asocia con los recuerdos más infantiles. Muchas veces, casi inconscientemente, marca una relación como agradable o desagradable.
El olor a tabaco o a alcohol, además de ser mala referencia para la salud, puede repeler automáticamente algunos interlocutores. Otros elementos mucho más sanos como la cebolla o el ajo también son a proscribir en caso de reunión o cita a ciegas.

¿Sonríes a menudo?
Las personas con sonrisa natural, cálida y sincera siempre son bien aceptados. Unos ojos que brillan con la sonrisa inspiran confianza y el buen humor transmite energía positiva. La sonrisa no cuesta nada, solo dura un instante pero puede recordarse toda una vida.
Si te levantas y no deseas sonreír… mejor quédate en casa.

¿Qué piensas de tu mirada?
Dicen que “la mirada es el espejo del alma”.  Cuando no miras francamente a los ojos tu interlocutor percibe enseguida “esconde algo”, “no tiene confianza en sí”, “no es trigo limpio”.
Mira tú interlocutor a los ojos para que pueda ver tu alma y si crees que no está muy limpia, es el momento de darle un repaso.
Por cierto, si miras a los ojos, tú también tendrás la oportunidad de calibrar la otra parte y puede que te ayude mucho a encontrar el cliente que merece tu atención.

¿Eres consciente de tu postura y de tus acciones?

Una persona con el mentón alto y la espalda recta transmite mayor confianza que alguien con el mentón bajo y la espalda curvada que da la sensación de llevar el peso del mundo sobre sus hombros.
Igualmente alguien que arrastra los pies, o va saltando no transmite confianza.
Actitudes como masticar chicle, comerse el bolígrafo o morderse las uñas, transmiten sensaciones de ansiedad que alejan las personas.
Otras pueden demostrar poco respeto hacia las personas: No dejar hablar, atender su móvil en todo momento, o mirarse las joyas mientras alguien habla.

¿Dónde aprendiste a dar la mano?
Seguramente nadie te habrá enseñado a dar la mano. Sin embargo, el apretón de mano inicial puede ayudarte a crear confianza en la otra persona desde el primer momento… o hundirte la primera cita.
Estrechar la mano debe ser un gesto (como la mirada) que transmita franqueza, tranquilidad y atención. Dicen que una tribu de Sudáfrica saluda con la expresión “Sawu bona” que significa “te veo”. Tu apretón de manos debe mostrar que estas presente y que eres consciente de la otra persona. Por eso no importa tanto como des la mano, sino la actitud y la sensibilidad con la que lo hagas. Sonrisa abierta, mirada clara y mano firme son la mejor tarjeta de presentación

Un libro puede tener un contenido excelente pero es muy poco probable que sea leído si su portada no incita los lectores a su compra. Del mismo modo, puede que tu persona o el producto que representas sea el mejor del mundo o la idea más innovadora, si tu apariencia es “repulsiva” no encontrarás interlocutores para demostrarlo.
No te preocupes si no eres “el mejor” o “el más guapo”, el objetivo es conseguir que te atiendan y que deseen escucharte. A partir de ahí, lo importante es lo preparado que estés para demostrar realmente tu valor, independientemente de la apariencia física.

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