¿Te has parado a analizar la primera página de los noticiarios o la prensa diaria? Parece que todos pugnan por presentar la noticia más triste. ¿Será porque “la desgracia vende”?
- “Asesinados 13 jóvenes”
- “Detenidos por tráfico de niños”
- “Madrid ciudad corrupta”
- “Temporal de lluvia asola Canarias”
- “Desastres ecológicos en breve”
- “Las mafias venden drogas en los colegios”
- “Fin de semana sangriento en las carreteras”
- “Empresa que cierra dejando 450 empleados en la calle”
¿No estas cansado de esto? ¿No te revuelve tanto dolor? ¿Tras 30 o 60 minutos escuchando o leyendo informaciones de este tipo, como vas a sentirte? Seguramente MAL, muy MAL!
Estas noticias incrementan tus miedos, tu ansiedad y abandono, destruyendo tu confianza, tus esperanzas, tu buen humor y motivación.
¿Cuantas veces te cuesta dormirte con las informaciones negativas resonando en tu cabeza?
¿Cuantas horas dedicas a superar ese estado de tristeza o indignación generalizado?
Al cabo del día pasarás seguramente más de una hora diaria leyendo o viendo noticias negativas. ¿Sabes que por 1 noticia positiva hay unas 16 negativas?
¿Puede que algunas personas encuentren en las malas noticias un bálsamo para sus dificultades? Aquello de “mal de muchos consuelo de tontos” o “como me voy a quejar, fíjate como esta el mundo”.
A los que seguro comentarán: “Vaya tontería dices. Hay que estar informado de lo que ocurre en el mundo. No vas a ser un ignorante y vivir en una burbuja de cristal. Además de que van a hablar? Si el mundo esta mal es normal que hablen de desgracias”.
Podrías responderles: “¿Cuando fue la última vez que una noticia negativa te ha ayudado a mejorar tu vida? ¿Cuando fue la última vez que pudiste hacer algo para cambiar esa noticia? ¿Crees sinceramente que dedicar 1 hora diaria a procesar noticias negativas va a marcar una diferencia en tu vida?¿No ocurrirá el mismo porcentaje de noticias agradables que desagradables?¿Porque nos llevan a fijarnos más en las segundas?
Seguro que conoces alguien que se queja de no tener tiempo para él. De ir siempre agobiado. Si sumamos el tiempo dedicado a información “vacía” o peor aún “negativa”, conseguiría 365 horas por año o 45 días (de 8 horas) para dedicarlos a lo que realmente desea. A potenciarse en lugar de deshincharse.
¿Si eres crítico con lo que comes y das a tu cuerpo (pasando de la comida basura), que esperas para ser crítico al alimentar tu cerebro?
“Aliméntate” con criterio, y cuando consumas alguna “noticia” pregúntate si puede ser de utilidad para mejorar tu vida de algún modo. No seas un “enganchado” de la información negativa y consume más a menudo “lo que te pone las pilas”.