miércoles, 19 de mayo de 2010

SUELTA YA EL FRENO DE MANO...

“Son tus pensamientos y tus creencias los que marcarán los límites de tu futuro..”

En cuanto cumplí mis 18 años me inscribí para conseguir el carnet de conducir. Mis padres me pagaban los cursos y comencé a practicar con el profesor más veterano de la ciudad. Un tío con muy poca paciencia que practicaba el arte de estresar a sus alumnos para que estuviesen preparados para el examen final.
Entre todas las prácticas, la que más me asustaba era aquel semáforo en una cuesta muy inclinada.
Que trauma el tener que parar ante él. Un problema parar pisando el freno y el embrague para mantener el coche en marcha sin deslizarme para atrás. Mantener apretado fuertemente el freno, con la terrible sensación de que se me iba a deslizar el píe y el coche se iría hacia atrás por la cuesta. Luego en la salida, soltar el embrague, levantar el pie del freno y pisar el acelerador. Todo ello en décimas de segundo.
Perdí la cuenta de las veces que calé el automóvil en aquel punto.
El monitor se desesperaba. Por mucho que me explicara aquello del “talón-punta”, jugando adecuadamente con el acelerador y el freno…
Los nervios de irme para atrás al soltar el freno y apretar el acelerador acababan permanentemente igual. El coche se calaba y se iba para atrás. Menos mal que los prudentes conductores guardaban siempre una distancia suficiente tras el vehículo auto-escuela.
Un día, mi profesor tiró la toalla y decidió aplicar el plan B. Me explicó que podía poner el freno de mano al parar. También me indicó que para arrancar tendría que ir acelerando lentamente e ir soltanto el “freno de mano” para salir de la parada.
Aprendí a disfrutar de la tranquilidad que daba poner el “freno de mano” cuando parábamos en cuesta. Ya podía relajarme. Ya controlaba la situación… O eso creía.
El día del examen embarco con el monitor y el examinador dirección el recorrido de pruebas.
O desgracia. El primer semáforo en rojo en una cuesta muy importante. Y para complicar las cosas esta vez me quedo entre dos automóviles, con muy poca distancia de separación.
El de delante, un friki-auto: Super tuneado, alerón, tubo de escape cromado. Dentro, un tio con la cabeza rapada con tatuajes hasta en las orejas y unos pendientes, nada halagüeños.
El de atrás, un BMW nuevecito, todo reluciente, tapicería cuero claro, aparentemente con todas las opciones, incluida rubia de peluquería con pañuelo y gafas de Loewe. Dios sabe lo que pasaría si le rayase el BMW.
El caso es que aún contando con mi “freno de mano”, comenzó a acelerarse mi pulso, y esta vez no estaba tan relajado como anteriormente. Los segundos pasaban y yo repasaba cientos de veces la secuencia májica para salir de este semáforo.
Sobre todo evitar salir rápido y golpear el friki-auto y todavía más cuidar de no irme para atrás y contactar con el BMW.
Finalmente el semáforo pasó a verde. Esperé que el primero avanzase antes de levantar el pie y comenzar a apretar el acelerador. Con mucho cuidado para no calar… Pero el auto no avanzaba.
Voy hundiendo el pie en el acelerador.. más ruido pero sigo sin avanzar..
Hasta que oigo decir al monitor “Suelta ya el Freno de Mano”…
Al soltarlo el auto se puso en marcha sin problemas y seguimos el recorrido de examen.

¿Has tenido alguna vez sensación de tener el “freno de mano” puesto?
¿Has visto alguna vez personas comportarse como si un freno mental las bloquease?


Creencias, hábitos negativos, experiencias pasadas, sentimientos de culpabilidad, miedos, dudas, malas influencias, .. ¿Cuantos frenos mentales tenemos aplicados e impiden que nuestro cerebro “circule adecuadamente”?
¿Cuántas veces nos hemos acostumbrado a la comodidad del “freno de mano” y ahora somos incapaces de funcionar sin él o incluso de darnos cuenta que nos lo hemos dejado puesto?

Ya  puedes tener el mejor coche, el mejor GPS, el mayor deseo de viajar y recorrer mundo. Como no sueltes el “freno de mano”, no conseguirás avanzar nada.
Si deseas cambiar cosas en tu vida, comienza por deshacerte de aquellas creencias que te fueron inculcadas por los profesores, padres o amigos. Toma conciencia como te han sido útiles en algún momento de tu vida pero ahora solo te impiden conseguir tus objetivos.
Suelta ya el freno de mano y descubre tus posibilidades ..

1 comentario:

  1. Hola!! Soy Cris, del curso de IE!

    me ha encantado lo que has escrito. SAbes??? yo tambien tenia un semaforo odioso, me aferraba al volante con fuerza, para no caer hacia atras, cuando tenia que acelerar, jajajajaj. Por suerte, yo no descubri el truco de freno de mano...Y eso me ayudo a avanzar!! =)

    No tenemos tu direccion para poder mandarte la carta. Creo que al comentarte te aparecerá mi direccion de correo. Por favor, ¿podrías enviarme los datos de tu direccion??

    Muchas Gracias!! 1abrazo!! =)

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