lunes, 3 de mayo de 2010

¿COMO ENFRENTARSE A LA CRISIS?

Otro día más he desayunado con noticias de la Crisis. Esta vez Grecia es la “victima” y España acude en su ayuda.
¿Cuánto tiempo podremos seguir haciendo de caballero salvador sin hacer nuestros propios deberes?

Aunque nos esforcemos por no ser contaminados por el bombardeo de malas noticias, hoy día es imposible olvidarse de la “crisis financiera” que sacude toda el planeta – ocultando todas las demás crisis cuya preocupación quedan en espera de tiempos mejores (Crisis ecológica, de valores, sociales, ..)-.
No podemos ser indiferentes a que millones de personas han visto desaparecer sus ahorros, están perdiendo sus casas, o ven sus futuras ganancias (si algún día llegan a tenerlas) hipotecadas de por vida.

¿Qué podemos hacer en esta situación?
Existe una cualidad de ciertas personas, sociedades o sistemas que les permites sobreponerse a momentos duros, soportar las depresiones y volver a levantarse o reactivarse para seguir adelante. Esa cualidad que siempre ha caracterizado las personas que muchos admiramos, y que diferencia los que siguen encontrando recursos cuando los demás estamos perdidos se ha venido denominando “tener coraje” u otras cosas parecidas. Hoy tiene su propia denominación. Estamos hablando de la “resiliencia”.
Esa capacidad para adaptarse a los cambios y a las crisis vitales– es la clave para tener una vida saludable y productiva.

¿Cómo y por qué algunas personas son más resistentes que otras y cómo puedes aprenderse a ser “resiliente”?
Si pudiese dar una receta para ello convertiría este blog en el más visitado y muchas personas se salvarían tomando la pastilla “resiliencia 100%”
Ya hay investigadores trabajando en descubrir que neurotransmisores están involucrados y como pueden potenciarlos con mecanismos externos. Seguro que alguna corporación farmacéutica estará frotándose las manos.

¿Mientras tanto que podemos hacer?
¿Por qué no comenzar fijándonos lo que hacen los “resilientes”?

Cuando son “probados” por la vida, cuando se enfrentan a un desastre económico, cuando la enfermedad les golpea o el desamor los invade, comienzan actuando como todo ser humano. ¿Por qué a mí? ¿Qué he hecho yo..? No es justo..
La diferencia que podemos observar es lo que viene después. En lugar de quedarse en ese punto buscando los motivos de lo que ha ocurrido, estas personas se hacen otras preguntas que parecen marcar la diferencia. Piensa en ellas tú también.

¿Qué responsabilidad tengo yo en lo que me ocurre ahora?
Si estoy enfermo, quizás no me haya alimentado bien o no haya hecho ejercicio o tenga hábitos insalubres. Si mi relación amorosa no funciona, quizás no haya puesto suficiente interés en mi pareja. Si mis finanzas están mal puede ser porque no haya tomado decisiones oportunas o porque no me ajusto a mi economía. Si estoy sin trabajo, quizás no esté haciendo todo lo posible para encontrarlo, o no esté aceptando los cambios que aparecen en mi vida. Si el gobierno del país es penoso, quizás no haya ejercido mi derecho a decidir en su momento o haya pensado que la política es para otros.

¿Qué puedo aprender de ello?
Cometer errores es humano. Cometer el mismo error dos veces es una pena.
Mientras sea capaz de aprender de mis errores, podré vencer a largo plazo. Puede que decida hacer ejercicio regularmente, atender más a mi pareja, reducir mi nivel de vida, aprender un nuevo oficio o votar en las próximas elecciones.
En cualquier caso, lo que me ha ocurrido hoy me permite actuar de modo distinto la próxima vez que me ocurra.

¿Qué hábitos voy a cambiar para salir de esta?

Toda crisis implica enfrentarse a una situación nueva y por lo tanto los mecanismos habituales (hábitos que me facilitan la vida y me  dan sensación de comodidad) no me van a servir. Me voy a ver estresados por encontrarme en una situación anormal, y me sentiré extraño aplicando acciones que me sacan de mi zona de confort.
Sentarme en esa silla en lugar de tumbarme en mi sofá habitual (para cuidar mi columna vertebral). Prestar atención a mi mujer cuando llego en lugar de ir directo a ver el partido en la tele. Aprender un nuevo trabajo en lugar de seguir con el que he hecho toda la vida. Involucrarme en la vida social y política en lugar de vivir como si estuviese solo en el mundo.

¿Quién podría ayudarme?
Si sé reconocer mis errores, seré consciente de mis aspectos fuertes o débiles. Cuando  tenga que tomar decisiones buscaré información y apoyo en expertos para analizar la situación y enfocar una solución. Podría asesorarme con un nutricionista, un entrenador privado, un terapeuta, o un financiero.
Y sobre todo tengo claro que el trabajo de equipo me ayudará. Contar con mi familia, con mi pareja, con mis amigos, con los compañeros de trabajo me permitirá llegar donde no llego solo. Conseguiré que tareas que me parecen imposibles me parezcan alcanzables.

Una vez más la regla 20/80 puede servir. 20% pensando el porqué llegué a este punto, y 80 % pensando en  cómo aprender y salir de él.
Frente a las crisis, es importante analizar las razones y por qué estamos en esta situación. Pero mucho más

Cooperar con los demás y actuar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario