lunes, 14 de marzo de 2011

¿MORIRAN TUS SUEÑOS CONTIGO?

Por hilario.martinez@auraconsulting.es
Pasan los días y las prioridades cambian. Lo que ayer parecía de primera urgencia, hoy queda relegado a un segundo plano.
Imagínate que tu médico te comunica que solo te quedan unos meses de vida.
Tras unos momentos de agobio y seguramente muchas lágrimas, es probable que comiences a reflexionar más fríamente, en particular en lo que deseas hacer o conseguir en los días que te quedan.
¿Qué experiencias desearías intentar?
¿Qué lugares quieres visitar?
¿Con quién deseas pasar estos últimos días y que te gustaría decirles?
¿Qué sueños, que objetivos o que proyectos soñados toda la vida, quedan por realizar..?

Es posible que en tu vida aparezcan infinidad de sueños de todo tipo. Esos que guían muchas veces nuestras acciones y decisiones:
Quiero dar la vuelta al mundo.
Quiero vivir a tope.
Quiero ser el mejor profesional
Quiero montar un imperio económico
Quiero tener infinidad de aventuras (de todo tipo)
Quiero, quiero, quiero, …

¿Cuántas personas crees que, en su lecho de muerte, tienen como pensamiento: “Siento no haber estado más tiempo en la oficina!”, o “Siento no haber conseguido aquel Ferrari!”?
¿Y tú, qué crees que sentirás realmente? ¿Qué te dolerá dejar en el tintero?..

Cada uno tendrá sus particulares sueños, aunque posiblemente muchos confluyan en algunos de los siguientes puntos:
No haber hecho algo que me guste.
No haber permitido disfrutar a mi familia.
No haber estado bien con mis personas queridas.
No haber aportado algo de valor para mis descendientes.
No haber vivido de acuerdo a mis creencias.
No haber disfrutado de las cosas diarias.
No haber sido feliz en cada momento de mi vida.

Existe un proverbio que reza: “Vive cada día como si fuese el último. Algún día acertarás”

¿Porqué no comenzar a vivir la vida de ese modo? Con conciencia y responsabilidad, claro está. No vayas a gastar todos tus ahorros mañana a primera hora por si no existe otro día.
Recuerda que lo que probablemente más te duela dejar cuando te vayas, posiblemente no esté muy relacionado con el dinero, y que seguramente esté en tus manos hacerlo sin esperar a que te toque la primitiva.

Imagina el potente mensaje que enviarías a tu subconsciente si comenzaras a vivir como si te quedase poco tiempo de vida. Lo estarías preparando para disfrutar de cada momento.
¿No es el Presente, el único momento que tenemos con seguridad?

¿Qué pasará en tus últimos momentos sobre la tierra: te arrepentirás de lo que no has hecho o recordarás tu paso como un camino lleno de buenos momentos, vividos celebrando la vida al máximo?

Si todo esto no te encaja, quizás prefieras seguir el siguiente consejo.

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